La Seráfica Hermandad vivió su Estación de Penitencia más especial con la procesión de su imagen titular | El párroco Félix Pérez bendijo la talla antes de procesión hasta Santa María
Momento de la bendición de la imagen titular de la Seráfica Hermandad. |
La Seráfica Hermandad sacó en la noche del Domingo de Ramos, por primera vez, a su Divino Salvador a las calles bejaranas.
Era un día anhelado por los hermanos, ya que su imagen titular aguardaba el fin de la pandemia para encontrarse por primera vez con Béjar. Nuestras calles se convirtieron en el Huerto de los Olivos, en Getsemaní, donde Jesucristo oraba mientras sudaba sangre a la espera de su captura. Es justo ese momento, en el que el Hijo de Dios es prendido por los soldados, el que representa la talla de la Seráfica Hermandad, obra del imaginero sevillano Juan Manuel Montaño. La Gloria antes de la Pasión, la revelación de la divinidad.
Portado por 8 hermanos, Jesucristo, vestido con un ropaje humilde siguiendo los preceptos de San Francisco de Asís, ondeaba sus vestiduras sobre las andas- que llevaban la reliquia de Santa Madre Teresa de Calcuta- y bajo la atenta mirada de los bejaranos que aguardaban la salida de la imagen seráfica para admirarla por primera vez.
Al inicio de la Estación de Penitencia, el párroco de El Salvador y Santa María, Félix Pérez, bendijo la talla, que se situó bajo los soportales de la Casa Consistorial. Seguidamente, la procesión avanzó hacia la iglesia de Santa María la Mayor, donde los representantes de la Hermandad de Jesús Nazareno depositaron un ramo de flores a los pies de Cristo. Tras la estación de penitencia, los hermanos regresaron a El Salvador.
El presidente de la Vera Cruz, David Hernández, la Hermana Mayor de Jesús Nazareno, Olga García, además de varios cofrades de ambas hermandades y la concejala de Cultura, Ana V. Peralejo, acompañaron a la Seráfica Hermandad en su Estación de Penitencia más especial. Además, varios hermanos de la banda de tambores de la Hermandad de Jesús Nazareno colaboraron con la Seráfica Hermandad durante la procesión.
Se trata de una imagen de 1,80 metros de altura y 40 kilos de peso, de candelero- significa que el tronco no está tallado, sino que es un armazón de pino de Flandes-, aunque va sobre sus propios pies. Está tallada en madera de cedro, con policromía al óleo y varias fases de estuco y barniz. Los brazos son articulados para modificar su posición según los tiempos litúrgicos.