Foto de familia de los galardonados, la Corporación municipal y la subdelegada del Gobierno. |
El teatro Cervantes alzó el día del patrón, San Miguel, su histórico telón para acoger la ceremonia de entrega de las distinciones honoríficas de la ciudad.
Ante un teatro lleno de público, se desarrolló una emotiva y entrañable gala en la que los reconocidos fueron recogiendo sus galardones ante los aplausos de los allí congregados.
En una edición con especial mención a la pandemia del coronavirus y a las circunstancias que hemos vivido en estos últimos meses, los primeros galardonados fueron las comunidades educativa y sanitaria de la ciudad por su labor y lucha, de una u otra forma, contra el virus con la Medalla de la Ciudad. La coordinadora del centro de salud de Béjar y comarca, María Concepción Oñate fue la encargada de recoger la medalla de los sanitarios y el director del instituto Río Cuerpo de Hombre, Juan Gutiérrez, la destinada a los centros docentes de la ciudad.
Seguidamente fue el turno del nombramiento de Mateo Hernández como Hijo Predilecto a título póstumo y recogió el título su nieto, Mateo Hernández, quien recordó a su abuelo como “un hombre sencillo y humilde, trabajador incansable y generosamente comprometido con su barrio, la hostelería, el ciclismo bejarano, las agrupaciones de mayores, las hermandades y cofradías, la Semana Santa, las asociaciones de vecinos, el Béjar Industrial, los amigos de la Capa y La Ancianita”.
Por último, la viróloga Ana Fernández-Sesma recogió su reconocimiento como Ciudadana ilustre por “su trabajo denodado contra el Covid, por su capacidad de trabajo y por la repercusión en la sociedad que han tenido sus investigaciones”, como señaló la alcaldesa. La científica recordó sus años de estudiante en el instituto Ramón Olleros y dedicó el galardón a sus padres a “quien debo todos mis logros”.
El acto culminó con un pequeño concierto de la Coral, mientras que la Banda interpretó los himnos de España y de Béjar.
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