La Seráfica Hermandad venera a su imagen titular y da la bienvenida a sus nuevos hermanos en el inicio de esta ‘nueva’ Semana Santa
Noelia Crespo recibe el crucifijo de la Seráfica Hermandad. |
Los hermanos de la Seráfica Hermandad del Divino Salvador en su Pasión y Nuestra Madre Dolorosa volvieron, en el crepúsculo de la tarde, a postrarse ante su Madre como cada Viernes de Dolores, poniendo así fin al septenario de su imagen titular.
Durante la eucaristía, oficiada por el párroco de El Salvador y Santa María la Mayor, don Félix Pérez, se recordó a los hermanos fallecidos desde su fundación– Andrés Villarroel, Margarita Sánchez, Marta Izquierdo y Dolores López- y se expresó la devoción a la Virgen de los Dolores, inclinando la cabeza y no con el tradicional besamanos por la pandemia.
Tras la liturgia, se procedió a la imposición de crucifijos a los nuevos hermanos: Noelia Crespo, Salvador Gómez y Dámaris Heras, aunque solo estuvo presente la primera de ellos.
El párroco recordó que la imagen de la Virgen de los Dolores fue donada por la familia Gómez-Rodulfo, después de que la primitiva fuera pastos de las llamas en el incendio de la iglesia El Salvador en 1936.
La hermandad volverá a reunir a sus miembros, con las restricciones sanitarias pertinentes, el Domingo de Ramos para celebrar su acto penitencial, que en esta ocasión no incluirá la procesión y sí el piadoso ejercido de las Cinco Llagas de Cristo– que desde hace varios años se llevaba a cabo en el claustro del convento de San Francisco en un giño a su origen franciscano-, la renovación de las promesas bautismales y la santa comunión.