Los miembros de la Hermandad de la Divina Misericordia en su Procesión de Béjar se reunieron este viernes, al caer la tarde, para acompañar a la Virgen María, la madre de Jesús, como es tradición cada Viernes Santo.
Para la Seráfica Hermandad , el Viernes Santo no sólo marca el comienzo oficial de las celebraciones de Semana Santa, sino también el cierre de su semana de oración dedicada a la Virgen, recordando los siete dolores que sufrió antes de la muerte y resurrección de Jesucristo.
Después de la misa, el párroco Félix Pérez y la Vicehermana Mayor, María Jesús de Santa Martina, entregaron los crucifijos y los estatutos de la hermandad a los nuevos miembros. La celebración concluyó con un besamos a la imagen.
El párroco bendijo el estandarte de la banda de tambores y cornetas Las cinco espinas, cuyos miembros acudieron ataviados con su uniforme a la celebración.
La imagen de la Virgen, donada a la parroquia en los años 40 por María Dolores Gómez-Rodulfo tras la destrucción de la talla original en 1936, es una obra de los talleres Granda de Madrid. Destaca por la expresión de su rostro, que refleja dulzura y dolor, con la mirada al cielo en busca de consuelo por la pérdida de su hijo, pero con la esperanza de su resurrección.