La hermandad celebra una eucaristía en su honor y para recordar a los fallecidos | Homenaje a Mariano Plaza, que nos dejó el año pasado, a través de la música
El Miércoles Santo es siempre un día especial en la Semana Santa bejarana y este año no sería menos. Este día es el de la procesión del Silencio, el dedicado a Jesús Nazareno, una talla procedente del convento de las monjas Dominicas o de la Piedad –de ahí que por los más mayores todavía sea conocido como el Nazareno de las Monjas– y con fama de milagroso.
Cada Miércoles Santo, la hermandad de Jesús Nazareno carga con la talla en la oscuridad de la noche, solo rota por el crepitar de los cirios que portan los cofrades, y en absoluto silencio, que solo se atreve a resquebrajarlo la banda de tambores de la hermandad. Este año, al igual que el pasado año, no ha podido ser, pero la hermandad no ha dejado desamparado a su Nazareno, que se ha sentido más querido, aún si cabe, por los suyos y venerado en la eucaristía celebrada en Santa María la Mayor.
Vestido con túnica de terciopelo morado bordada, y en su parihuela, adornada con flores y velas, Jesús Nazareno presidía la eucaristía, que contó con la presencia de los concejales del PP Alejo Riñones, Purificación Pozo, Ángel Orgaz y Olga García-quien desempeña el cargo de Hermana Mayor de la hermandad desde hace varios años- y de Tú Aportas, Javier Garrido y Ana Vallejo, y que sirvió para recordar a los hermanos fallecidos a lo largo de la historia de la hermandad y también a los que nos han dejado en los últimos meses por COVID.
Desde hace años, el Nazareno era acompañado a la salida de la iglesia por el sonido del saxofón de Mariano Plaza, quien falleció hace unos meses. La hermandad ha querido rendir homenaje a este hermano y recordarle a través de la marcha ‘El toque de Silencio’, que él siempre tocaba esa noche, y que en esta ocasión ha sido interpretada por Ramón Hernández, miembro de la Cofradía de la Vera Cruz.