La actriz y cómica Anabel Alonso ha conquistado esta tarde en el pregón a los bejaranos y ha logrado frenar los abucheos y las pitadas, con un discurso centrado en sus recuerdos y sin hacer alusiones a cuestiones políticas.
En tono jocoso, la actriz, cuyo padre desciende de Nava de Béjar y la madre de Ledrada, ha pedido al público que la abucheara al principio, “estáis en vuestro derecho, aunque no sé bien porque”, y así “acabamos antes”. Ha respondido también a algunas personas que la ha llamado pesetera: “¿pesetera? si no cobro nada”. Finalmente, ha pedido que la dejaran dar el pregón, porque “ni Béjar ni la Virgen del Castañar se lo merecen” y “luego sigáis con vuestra fiesta”.
El público ha empezado entonces a aplaudirla, agradeciendo el buen humor con el que se estaba tomando toda la polémica del pregón.
Ya metida en “faena”, ha recordado que Béjar es “una ciudad muy vinculada a mi familia y a mí. Mi vinculación empezó en una época de mi vida muy feliz, en la que no tenía problemas”.
“Cada verano venía aquí a visitar a mis tías junto con mis padres. Estarían muy orgullosas de verme en este balcón. Sobre todo mi tía Gregoria que vivía cerca de aquí”, proseguía.
Explicó sus recuerdos de la calle Mayor o del parque de La Corredera y las subidas al Santuario de la Virgen: “allí fue la última vez que estuvieron juntos mis padres y sus hermanas”. Ellas, contaba, vinieron aquí buscando una vida mejor.
Destacó la riqueza de Béjar y recalcó que la ciudad debe darse a conocer más porque hay que descubrir el “tesoro que es Béjar”.
Los cohetes tirados por el concejal José Ángel Castellano pusieron fin al pregón, que marca el inicio de las fiestas.
Después, la pregonera firmó en el libro de honor y recibió varios recuerdos del Ayuntamiento.