Jefe de cocina del restaurante Coque, será el cocinero de honor de este domingo en El Castañar
Charlamos con Diego Gavira, el cocinero de honor del Día del Calderillo. Nieto de Antonio y de Berta, lleva a Béjar por bandera, no en vano aquí residió hasta que tenía 10 años. Regresa a menudo, mínimo dos veces al año, para encontrarse con su familia y con sus amigos de la infancia.
¿A qué te dedicas?
Soy el jefe de cocina del restaurante Coque de los Hermanos Sandoval y también el jefe de la sección de I+E. Además, acompaño a Mario Saldoval en congresos y ponencias. El restaurante Coque es un restaurante con 2 estrellas Michelin, 3 M en la Guía Metrópoli y 3 Soles Repsol.
¿Qué ha supuesto para ti este nombramiento?
Es un orgullo, yo siempre llevo a Béjar en el corazón y en la boca. Me fui con diez años de allí a Salamanca, pero sigo teniendo mis amigos del colegio y mi familia. No voy todo lo que me gustaría, pero intento ir dos veces al año mínimo.
Me considero bejarano, porque mi infancia la he pasado allí y llevo por bandera ser bejarano.
En Béjar tenemos una rica gastronomía.
Sí, yo una cosa que hago siempre es el calderillo. Me gusta mucho hacerlo en casa. Tengo miles de cosas en cabeza y llamo a mi madre para que me recuerde los ingredientes.
¿Qué recuerdos tienes de Béjar?
Primero fui a la guardería de Los Pinos, donde trabajaba mi abuelo Antonio, y después fui al colegio María Díaz. Tengo muchos recuerdos bonitos, sobre todo, del colegio. El entorno de ese colegio, con ese patio que teníamos, eso se ve en pocos sitios. Los niños de la ciudad no saben lo que es eso.
¿Te gusta venir a Béjar?
Sí, aunque no vengo todo lo que me gustaría. Suelo venir, al menos, 2 veces al año. Vengo a ver a mis abuelos, a encontrarme con mis amigos de la infancia. Para mi Béjar es tranquilidad y paz. Me gusta también ir a varios restaurantes. La Plata y El Bosque es de lo mejor que tenemos en Béjar.
Tus bisabuelos tenían una panadería, ¿de ahí surgió lo de la cocina?
Mis bisabuelos tenían una tahona de pan por 28 de Septiembre y puede ser esa vinculación con la cocina, aunque la verdad que nunca pensé en eso y ha salido así. No tenía muy claro que quería hacer, pero pensando las ofertas que había para estudiar me dije: la gente siempre iba a comer y trabajo no me iba a faltar. Mis inicios fueron en Béjar, en el restaurante La Bejarana con Lalia Bruno. Aprendí mucho.