Después del día grande del Corpus Christi y de la leyenda de los Hombres de Musgo llega la otra parte: recoger todo.
Las hermandades, colectivos religiosos y voluntarios trabajan durante semanas para que todo esté listo para la Fiesta de Interés Turístico Internacional, y aún con el cansancio en el cuerpo tienen que volver al trabajo la misma tarde del Corpus para dejarlo todo recogido. Mucho cansancio para esas personas que después de horas de trabajo intenso en la víspera, el domingo salen en la
procesión y por la tarde les toca regresar para trabajar.
A pesar de todo, se muestran siempre satisfechos porque su esfuerzo mereció la pena para embellecer Béjar y llenarla de público, siendo un reclamo turístico sus alfombras y altares.
A este esfuerzo se une el de los operarios de limpieza, que esa misma mediodía, después de la rendición de banderas, ya comenzaban a limpiar las calles, para evitar resbalones con la sal o el tomillo esparcido.
Esta misma mañana limpiaban con agua la zona a de las alfombras, para que las alfombras ya fueran un recuerdo.